25/07/2014
14ª etapa: San Román de Retorta-As Seixas. 16 km
Otra etapa relativamente corta que, a la vez que compensa esfuerzos de días pasados, sirve para partir lo que de otra manera sería una etapa de 30 km hasta Melide, donde el Camino Primitivo se encuentra con el Camino Francés, y, ciertamente, yo no estoy dispuesto a hacer una etapa tan larga.
Más o menos ondulada, la topografía del terreno de hoy no ha supuesto ningún esfuerzo fuera de lo previsto aunque el cuerpo empieza a estar ya un tanto harto de magulladuras y lesiones varias. Pero quiero dejar a un lado lo negativo y me voy a centrar en los aspectos positivos del Camino que son muchos más que los negativos. Como, por ejemplo, los ratos de asueto en que los peregrinos compartimos experiencias, vivencias, sensaciones..., no tan sólo del Camino sino, también, de la propia vida de cada uno. Tal ha sido el caso de hoy. La hospitalera del albergue, Marifé, que con una gracia particular al contar las anécdotas propias de su albergue rompe los esquemas y tópicos sobre la mayor o menor gracia de los habitantes de tal o cual región de España. Marifé es gallega y vive en esta aldea donde nos encontramos, As Seixas, a la cual el Camino le da una vidilla que de otra forma no tendría. Pues bien, como decía, la gracia con que esta simpática hospitalera cuenta sucesos curiosos de su, se nota cuando habla, querido albergue o estimados peregrinos. Cuando escribo estas líneas, está Marifé en la puerta del albergue mientras un grupo de 10 peregrinos asisten risueños al relato que hace ella de numerosas anécdotas ocurridas en este alojamiento. Así estuvo un buen rato y los peregrinos con ella, hasta que algo la ocupó. Algo más tarde, en nuestra habitación, donde dormimos 6 peregrinos, entre ellos los dos malagueños que conocimos en Lugo y San Román de Retorta, también se dio una situación que vino a durar una media hora en la que unos y otros, con Marifé de por medio, reímos de lo lindo con nuevas ocurrencias y vivencias que contaba la hospitalera. Esta mujer, pensé yo, es un saco sin fondo a la hora de contar cosas del albergue, incluso de su propia vida.
Nos faltan cuatro días para llegar a Santiago. El albergue en el que dormiremos hoy está muy bien. Atrás quedaron las dudas sobre si seguir mi andadura hasta Santiago o tomar el camino de vuelta a casa cuando llegue a Melide, tal y como me planteé en días anteriores. Este camino me ha resultado el más duro de todos. Yo lo sabía porque me había informado en anteriores años y siempre dejaba para más adelante el afrontarlo. Este año me dije a mi mismo que seguramente no tendría muchas oportunidades más de hacerlo ya que los años pasan y no perdonan, de manera que vi clarísimo que o lo afrontaba ya o pocas oportunidades más tendría de poder vivirlo. Ha sido dura, sobre todo, la parte asturiana pues ha sido un continuo subir y bajar montañas y aunque aquí en Galicia también las hay para nada pueden compararse en su dureza como puede comprobarse observando los perfiles de las etapas en una u otra guía.
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