Mis gatos: Gurri, que lo fue, y Peluchi, que lo es.

viernes, 22 de agosto de 2014

Camino Primitivo 18

29/07/2014

Décimo-octava y última etapa: O Pedrouzo-Santiago de Compostela. 20 Km

Serían las 7,30 cuando partimos de O Pedrouzo, sin prisa, por aquello de que eran los últimos 15 km para mis compañeros, que se quedaban en el Monte do Gozo, a tan sólo 5 km de Santiago, y la última etapa para mi, de 20 km en total. Quizás en otros tiempos me hubiese quedado con ellos en este monstruoso albergue pero a estas alturas, después de haber llegado 5 veces a Santiago y de 8 años de caminos, uno tiene claro que hay que hacer lo que le pida el cuerpo o, simplemente, lo que a uno le viene de gusto. Y a mi me apetecía llegar a Santiago y descansar a mis anchas en un hotel. 


Han sido, pues, 15 km junto a mis compañeros de andaduras en estos últimos días, en una etapa más o menos llana, aunque con algún que otro repecho, sin más complicaciones que el haber de subir de nivel durante no mucho tiempo. Atrás quedaron los puertos, las grandes rampas y los grandes repechos, por fortuna para el peregrino. Además, como ya he comentado en otras ocasiones, el camino en compañía es bastante menos duro. Cosas de la mente, digo yo.



 Por lo que respecta al desarrollo de la etapa pues ha sido casi calcada de las anteriores: Andrés, con su habitual inquietud, se pone el primero y tira millas hasta que lo perdemos de vistas; Isabel, Joaquín y yo que vamos conversando, mejor dicho, Joaquín habla y nosotros escuchamos, y, a lo sumo, de vez en cuando, metemos baza; yo que me adelanto en algún momento para andar solo un rato y, después, me detengo a esperarlos; nos encontramos a Andrés que nos espera en algún bar y paramos los 4 a descansar y tomar un refrigerio, que en esta ocasión ha sido un buen pincho de tortilla con su correspondiente caña de cerveza. Así hasta que llegamos a Monte do Gozo y nos separamos sin despedirnos, puesto que había quedado con ellos en ir a esperarlos a la plaza del Obradoiro cuando ellos lleguen mañana por la mañana, a buena hora para asistir a la misa del peregrino, que a mi bien poco me interesaba.


Bajando de Monte do Gozo enseguida se divisa Santiago y se entra en el extrarradio de la ciudad. A las 13,45 llegaba al hotel en el que ayer reservé habitación. Después de cumplir con algunas de las rutinas del camino, esta vez se trataba tan solo de asearme, salí a buscar un restaurante para comer. Lo encontré a la vuelta de la esquina. Al acabar volví al hotel a echar una siesta no sin antes llamar por teléfono a Guillermo y a su hermana para quedar con ellos por la tarde a tomar algo y despedirnos. Estuvimos un buen rato en la terraza de un bar, en plena Rua do Franco, que debe ser la calle más transitada de la ciudad a tenor del enorme número de personas que por ella pasan. Y, lógicamente, tiendas, bares y restaurantes copan todos los locales habidos en esta calle. Me pregunto si la gente pasa por ella a raíz de la atracción que supone tanta tienda, y tanto establecimiento de hostelería o estos negocios se establecieron aquí porque era la calle más transitada. Posiblemente ambas cosas a la vez. 


Tras un buen rato departiendo y riendo con las anécdotas del camino, con mis compañeros de andadura durante tantos días, llegó el momento de despedirnos y la emoción saltó a flor de piel en los tres. Después, recorrí la calle peatonal en la que estaba, mirando aquí y allá sin esperar ver nada en concreto, atento a no chocar con la gente que circulaba en uno u otro sentido de la calle; mirando los precios de los menús que se ofertaban en la puerta de los numerosos restaurantes, por ver si alguno me interesaba; recordando tiendas en las que en anteriores años había estado para comprar algún recuerdo o tan sólo para mirar, para llegar al final de la calle y sentarme en la terraza cubierta de un bar, allí donde la calle se ensancha y da paso a un parque también muy transitado. Tomé un bocadillo y una cerveza y me fui en busca del hotel. Un año más mi estancia en el Camino de las Estrellas y en la ciudad que toma su nombre de ellas 
-Compostela, significa campo de estrellas- llegaba a su fin. Tanto la llegada como la partida de la ciudad que acoge el sepulcro del Apóstol no han sido especialmente emotivas como en los primeros años. Santiago empieza a resultarme una ciudad un tanto cargante. Tiene uno la sensación de que el Camino se acaba antes de llegar a la ciudad y es que el número de turistas aquí es muy grande y eso le quita el encanto que tiene el Camino en su recorrido por las diferentes comunidades que atraviesa. En fin, se acaba un Camino y ya van 6, pero empieza a rondar por mi cabeza la ilusión por hacer otro que, ahora mismo, no tengo ni idea cuál será. Candidatos hay y quedan unos cuantos aún.


jueves, 21 de agosto de 2014

Camino Primitivo 17

28/07/2014

17 ª etapa: Arzúa- O Pedrouzo: 20 km

Ésta, como las noches anteriores, desde que tuve la caída, no ha sido una buena noche para mi. Aunque seguramente ha sido la noche en que más he sentido las secuelas del pequeño accidente que tuve ya hace unos días. Como expliqué en su momento, un resbalón me llevó al suelo  y el golpe afectó sobre todo al hombro derecho que ya traía dolorido al camino, de hecho me acababan de diagnosticar artrosis en ese hombro. Así es que las últimas noches no han sido muy provechosas en cuanto a horas de dormir y, por lo tanto, en cuanto a la efectividad del descanso. La realidad es que me encuentro mejor con la mochila encima y caminando que propiamente en la cama, ya que no encuentro una postura que me deje relajado y aliviado de manera que pueda descansar adecuadamente. En fin, ya queda poco para finalizar el camino, de hecho tan sólo un día, y llegar a Santiago si todo va bien.


La etapa de hoy ha sido fácil en cuanto a la topografía del terreno. Un par de cuestas y lo demás todo ha sido prácticamente llano. El primer tercio de la etapa lo hice acompañado de Isabel, la gaditana de preciosos ojos verdes. Durante la conversación que mantuvimos, volvimos a incidir en temas ya tratados en el día anterior. Detrás venían los malagueños, Andrés y Joaquín. Este último, partió esta mañana con miedo por ver si aguantaría el dolor que un callo en la planta del pie derecho le viene produciendo últimamente y que cada vez iba a más. Paramos Isabel y yo a descansar y tomar algo y no tardaron mucho en aparecer ellos. Eso era buena señal, no le habíamos sacado mucha ventaja. Después de haber descansado un poco, fui al servicio y al volver sólo estaba Joaquín. Isabel y Andrés habían partido ya y nosotros partimos tras ellos. No los alcanzamos ya que Joaquín y yo encontramos la Casa Verde, un bar muy sui generis donde la hija de Joaquín estuvo el año pasado con su marido, haciendo el camino, y donde, tan bien fueron recibidos, que fueron invitados a comer con ellos, teniendo después una agradable velada musical en la que el yerno de Joaquín tocaba la flauta acompañando a un hipy conocido de los propietarios del bar. Su hija le había pedido a mi compañero que se pasase a saludarlos y les enseñase una fotografía del hijo, que por entonces, cuando estuvieron aquí el año pasado, ella esperaba. Y así lo hizo Joaquín que fue recibido con mucha simpatía por el ama y alma del bar que nos invitó a tomar un chupito de orujo haciéndonos después las correspondientes fotos, en las que posaron también los hijos, que trabajaban en el bar. 


Hoy hemos decidido dormir en un albergue privado por aquello de que se le supone algo más de comodidad y de limpieza. Además nos habíamos demorado en la parada de la Casa Verde y probablemente el albergue público estuviera ya lleno a la hora que llegamos a O Pedrouzo. Mañana, probablemente, si es que no cambian de opinión, el cuarteto se deshará  ya que mis tres compañeros han decidido quedarse en el albergue de Monte do Gozo a tan sólo 7 km de Santiago a fin de poder asistir mañana a la misa del peregrino que se celebra a las 12 en la catedral de Santiago. Este albergue es el mayor  que se pueda encontrar en España y fue construido para alojar a los numerosos peregrinos que visitaron Santiago cuando el Papa visitó hace ya unos cuantos años la ciudad del Apóstol. Puede acoger más de 800 visitantes y tiene todo tipo de servicios que pueda necesitar el peregrino. Como quiera que a mi no se me ha perdido nada en dicha misa pues seguiré mi camino mañana hasta Santiago. Tengo ganas de descansar en un hotel donde espero encontrar una cama más cómoda que la de los albergues que venimos visitando. Mis hombros me lo agradecerán.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Camino Primitivo 16

27/07/2014


16ª etapa: Melide-Arzua: 14 km

Normalmente, la etapa que se suele hacer, y así lo indican las guías, es la de Melide-O Predrouzo, de casi 33 km, pero nos parece demasiado larga y tampoco queremos entrar en la dinámica de estas últimas etapas ya cercanas a Santiago, de madrugar exageradamente para salir a horas tan intempestivas como las 4 o las 5 de la madrugada, cosa que se hace para llegar a tiempo al albergue y encontrar sitio.


Salimos juntos los del cuarteto y enseguida Andrés puso la directa y desapareció de nuestra vista. No le vimos hasta llegar a destino. De manera que  Isabel, Joaquín y yo hemos hecho toda la etapa juntos. Esta vez ha sido Joaquín el que se ha abierto y nos ha contado algunos acontecimientos importantes de su vida en los últimos años. Así, casi sin darnos cuenta, haciendo alguna que otra paradiña para reponer fuerzas o descansar, se nos ha pasado la etapa en un periquete, tal cual me ocurrió ayer caminando y conversando con Isabel. Al entrar en el pueblo de Arzua, nuestro destino hoy, pueblo en el que se fabrican los quesos con D.O. del mismo nombre, Andrés nos esperaba en un bar tomándose un refrigerio. Se quejó de que llevaba mucho tiempo esperándonos y nosotros le contamos que nos habíamos desviado de la ruta por lo que tuvimos que andar algo más. El caso es que llegamos a un punto en que la dirección que habíamos de seguir no nos quedaba clara. Otros peregrinos parecían también perdidos en aquel punto y finalmente optamos por una dirección que nos hizo andar más de la cuenta. 


Una vez habíamos retomado la ruta correcta y puestos ya en la buena dirección nos paramos a hablar con alguien a quien creímos peregrino, atraídos por un cachorro de perro pastor que nos llamó la atención. Le preguntamos lo típico que se le pregunta a un peregrino en estos casos: que de dónde venía. Nos dijo que no era un peregrino sino más bien un trotamundos, que salió de su ciudad, Praga,  hacía 37 meses y había caminado más de 7.000 km, que vivía de lo que la gente le daba, afirmó que no pedía dinero, o trabajando en pueblos y aldeas a cambio de cobijo y comida y que había recogido a su cachorro de una gasolinera donde alguien lo abandonó. Le preguntamos por la causa de su camino y nos explicó que en Praga se dedicaba a la cría de caballos y que con la crisis el negocio lo había acabado por arruinar, perdiéndolo todo, incluso su casa, por lo que decidió tomar la mochila y partir para España. Ciertamente nos conmovió su historia, que nos pareció sincera y verosímil, y casi al unísono los tres sacamos nuestro monedero para darle unas monedas con las que pudiese comer bien al menos un día. Nos agradeció insistentemente el gesto y nosotros partimos hacia nuestro destino. Durante unos minutos caminamos mudos, impresionados por la historia de este checo expulsado de su país por la crisis económica que a todos los países afecta en mayor o menor medida. 


A la hora en que escribo este diario, mis compañeros de camino se han marchado a la misa del peregrino, que se dice en una iglesia cercana al albergue, en el cual, y ya van dos días en que lo vemos, se ha puesto el cartel de completo en la puerta. Aunque la abundante oferta de alojamiento privado hará que nadie se quede sin una cama donde descansar. En este punto me acuerdo del checo y su perro que no disponen de dinero para permitirse dormir bajo techo y en cama y si bien en verano se duerme en cualquier sitio y basta con un saco, en invierno, como nos dijo él, se pasa realmente mucho frío.

martes, 19 de agosto de 2014

Camino Primitivo 15

26/07/2014

15ª etapa: As Seixas-Melide. 14 km

Etapa corta y relajada en todos los aspectos. De entrada, ya no camino con los hermanos de Viloria (Valladolid), Cristina y Guillermo, que decidieron avanzar un poco más en la etapa de ayer y ya no los he vuelto a ver. En fin, se les echa de menos, son unos jóvenes legales, como se diría en el argot que utiliza la gente joven de ahora. Pero es el Camino el que dispone, el que une y el que separa por múltiples circunstancias.

Así pues, se deshizo un trío, que ha durado desde Escamplero, donde nos conocimos, para constituirse un cuarteto formado por una profesora de instituto, Isabel, de Alcalá de los Gazules, Cádiz, y dos malagueños muy salados ellos, Joaquín y Andrés y yo mismo. Isabel y yo hemos caminado juntos buena parte de los 14 km que nos separaban de Melide. Ayer fue Joaquín quien lo hizo. Y como el Camino se presta a ello, hemos mantenido una agradable conversación que me ha hecho mucho más llevadera la andadura. Es curioso como se abre uno ante personas que no conoce de nada, contándole cosas de tu vida, vivencias e intimidades que posiblemente no se cuentan a otras personas mucho más conocidas. Y es que el Camino se presta, como decía Marifé, la hospitalera del albergue que hemos dejado esta mañana, a intimar con personas que probablemente no se verán más, siendo, quizás, ese, el motivo de la apertura mental y relacional que uno adopta cuando viene al Camino. Y es que aquí uno se muestra tal como es, se quita la máscara que todos, más o menos, llevamos en la vida, contando nuestras cosas sin miedo al que dirán, tal y como son. 

Estamos en Melide, pueblo conocido en los 5 continentes entre la gente que ha hecho el Camino ya sea el Francés o el Primitivo, por uno de los restaurantes que aquí se abrieron a raíz del boom del Camino y que se especializó en el pulpo a feira o a la gallega, como es conocido, ya, internacionalmente. La fama de Melide se debe pues, al pulpo que se ofrece en el restaurante Ezequiel, nombre que le viene de su fundador. Hoy día, el restaurante lo lleva su hijo, también con igual nombre. Y como no podía ser de otra manera, allí que fuimos los del cuarteto a probar el famoso pulpo que comimos regado con un buen ribeiro y unos pimientos del padrón, además de bacalao a la gallega, que pidieron los malagueños, de manera que al final todos probamos de todo. 

Al salir de casa Ezequiel, Joaquín, el alto y dicharachero malagueño, nos invitó a tomar el café o lo que se presentara ya que era su cumpleaños. Yo me tomé un café y un chupito de orujo blanco con hielo. De esta manera, nos dieron casi las seis cuando llegábamos al albergue.

lunes, 18 de agosto de 2014

Camino Primitivo 14

25/07/2014

14ª etapa: San Román de Retorta-As Seixas. 16 km

Otra etapa relativamente corta que, a la vez que compensa esfuerzos de días pasados, sirve para partir lo que de otra manera sería una etapa de 30 km hasta Melide, donde el Camino Primitivo se encuentra con el Camino Francés, y, ciertamente, yo no estoy dispuesto a hacer una etapa tan larga.

Más o menos ondulada, la topografía del terreno de hoy no ha supuesto ningún esfuerzo fuera de lo previsto aunque el cuerpo empieza a estar ya un tanto harto de magulladuras y lesiones varias. Pero quiero dejar a un lado lo negativo y me voy a centrar en los aspectos positivos del Camino que son muchos más que los negativos. Como, por ejemplo, los ratos de asueto en que los peregrinos compartimos experiencias, vivencias, sensaciones..., no tan sólo del Camino sino, también, de la propia vida de cada uno. Tal ha sido el caso de hoy. La hospitalera del albergue, Marifé, que con una gracia particular al contar las anécdotas propias de su albergue rompe los esquemas y tópicos sobre la mayor o menor gracia de los habitantes de tal o cual región de España. Marifé es gallega y vive en esta aldea donde nos encontramos, As Seixas, a la cual el Camino le da una vidilla que de otra forma no tendría. Pues bien, como decía, la gracia con que esta simpática hospitalera cuenta sucesos curiosos de su, se nota cuando habla, querido albergue o estimados peregrinos. Cuando escribo estas líneas, está Marifé en la puerta del albergue mientras un grupo de 10 peregrinos asisten risueños al relato que hace ella de numerosas anécdotas ocurridas en este alojamiento. Así estuvo un buen rato y los peregrinos con ella, hasta que algo la ocupó. Algo más tarde, en nuestra habitación, donde dormimos 6 peregrinos, entre ellos los dos malagueños que conocimos en Lugo y San Román de Retorta, también se dio una situación que vino a durar una media hora en la que unos y otros, con Marifé de por medio, reímos de lo lindo con nuevas ocurrencias y vivencias que contaba la hospitalera. Esta mujer, pensé yo, es un saco sin fondo a la hora de contar cosas del albergue, incluso de su propia vida.

Nos faltan cuatro días para llegar a Santiago. El albergue en el que dormiremos hoy está muy bien. Atrás quedaron las dudas sobre si seguir mi andadura hasta Santiago  o tomar el camino de vuelta a casa cuando llegue a Melide, tal y como me planteé en días anteriores. Este camino me ha resultado el más duro de todos. Yo lo sabía porque me había informado en anteriores años y siempre dejaba para más adelante el afrontarlo. Este año me dije a mi mismo que seguramente no tendría muchas oportunidades más de hacerlo ya que los años pasan y no perdonan, de manera que vi clarísimo que o lo afrontaba ya o pocas oportunidades más tendría de poder vivirlo. Ha sido dura, sobre todo, la parte asturiana pues ha sido un continuo subir y bajar montañas y aunque aquí en Galicia también las hay para nada pueden compararse en su dureza como puede comprobarse observando los perfiles de las etapas en una u otra guía.