28/07/2014
17 ª etapa: Arzúa- O Pedrouzo: 20 km
Ésta, como las noches anteriores, desde que tuve la caída, no ha sido una buena noche para mi. Aunque seguramente ha sido la noche en que más he sentido las secuelas del pequeño accidente que tuve ya hace unos días. Como expliqué en su momento, un resbalón me llevó al suelo y el golpe afectó sobre todo al hombro derecho que ya traía dolorido al camino, de hecho me acababan de diagnosticar artrosis en ese hombro. Así es que las últimas noches no han sido muy provechosas en cuanto a horas de dormir y, por lo tanto, en cuanto a la efectividad del descanso. La realidad es que me encuentro mejor con la mochila encima y caminando que propiamente en la cama, ya que no encuentro una postura que me deje relajado y aliviado de manera que pueda descansar adecuadamente. En fin, ya queda poco para finalizar el camino, de hecho tan sólo un día, y llegar a Santiago si todo va bien.
La etapa de hoy ha sido fácil en cuanto a la topografía del terreno. Un par de cuestas y lo demás todo ha sido prácticamente llano. El primer tercio de la etapa lo hice acompañado de Isabel, la gaditana de preciosos ojos verdes. Durante la conversación que mantuvimos, volvimos a incidir en temas ya tratados en el día anterior. Detrás venían los malagueños, Andrés y Joaquín. Este último, partió esta mañana con miedo por ver si aguantaría el dolor que un callo en la planta del pie derecho le viene produciendo últimamente y que cada vez iba a más. Paramos Isabel y yo a descansar y tomar algo y no tardaron mucho en aparecer ellos. Eso era buena señal, no le habíamos sacado mucha ventaja. Después de haber descansado un poco, fui al servicio y al volver sólo estaba Joaquín. Isabel y Andrés habían partido ya y nosotros partimos tras ellos. No los alcanzamos ya que Joaquín y yo encontramos la Casa Verde, un bar muy sui generis donde la hija de Joaquín estuvo el año pasado con su marido, haciendo el camino, y donde, tan bien fueron recibidos, que fueron invitados a comer con ellos, teniendo después una agradable velada musical en la que el yerno de Joaquín tocaba la flauta acompañando a un hipy conocido de los propietarios del bar. Su hija le había pedido a mi compañero que se pasase a saludarlos y les enseñase una fotografía del hijo, que por entonces, cuando estuvieron aquí el año pasado, ella esperaba. Y así lo hizo Joaquín que fue recibido con mucha simpatía por el ama y alma del bar que nos invitó a tomar un chupito de orujo haciéndonos después las correspondientes fotos, en las que posaron también los hijos, que trabajaban en el bar.
Hoy hemos decidido dormir en un albergue privado por aquello de que se le supone algo más de comodidad y de limpieza. Además nos habíamos demorado en la parada de la Casa Verde y probablemente el albergue público estuviera ya lleno a la hora que llegamos a O Pedrouzo. Mañana, probablemente, si es que no cambian de opinión, el cuarteto se deshará ya que mis tres compañeros han decidido quedarse en el albergue de Monte do Gozo a tan sólo 7 km de Santiago a fin de poder asistir mañana a la misa del peregrino que se celebra a las 12 en la catedral de Santiago. Este albergue es el mayor que se pueda encontrar en España y fue construido para alojar a los numerosos peregrinos que visitaron Santiago cuando el Papa visitó hace ya unos cuantos años la ciudad del Apóstol. Puede acoger más de 800 visitantes y tiene todo tipo de servicios que pueda necesitar el peregrino. Como quiera que a mi no se me ha perdido nada en dicha misa pues seguiré mi camino mañana hasta Santiago. Tengo ganas de descansar en un hotel donde espero encontrar una cama más cómoda que la de los albergues que venimos visitando. Mis hombros me lo agradecerán.
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