Mis gatos: Gurri, que lo fue, y Peluchi, que lo es.

domingo, 23 de agosto de 2009

Camino francés: décimo quinta etapa

19/7/06


A las 6,15 salimos hacia Atapuerca. En total, 18 Km. . La primera hora, con subida continua y, a veces dura, sobre todo la rampa del principio, a la salida del pueblo, que es uno de los tramos famosos del camino y que abre paso a los montes de Oca, roturados por Santo Domingo para hacer transitable el camino, que originalmente no pasaba por aquí. Sin embargo, luego, se convertiría en lugar temido, no ya por su relieve, sino por sus bosques, hoy día un primor de bosques en los que alternan robles y pinos, aunque, en siglos anteriores, lugar apto para el asalto de los maleantes a los peregrinos. Tras salvar la primera y temida rampa, que no fue tan dura como esperábamos, seguramente porque la hicimos muy de mañana, anduvimos un buen rato cruzando ese patrimonio natural al que tanto se refería la hospitalera de ayer, donde hay numerosos manantiales que abastecen a todos los pueblos de la comarca. A decir de la mencionada hospitalera, su pueblo se muere y sólo les queda conservar su entorno natural y el camino para subsistir y no desaparecer.

Al final de la subida, una larga altiplanicie por la que discurre el camino hasta llegar a San Juan de Ortega, monasterio románico rodeado de algunas casas cuyos habitantes viven de los gastos que hacen aquí los peregrinos. Repusimos fuerzas y continuamos hasta Atapuerca, nuestra parada y fonda. En realidad, el pueblo da nombre a la sierra que se extiende unos cuantos Km. por la zona, sierra que se ha hecho famosa por sus yacimientos prehistóricos.

He intentado comunicar de nuevo con mi compañera Ana Briongos pero no hay manera. Mañana llegamos a Burgos. Son en total 22 Km. y hace días que no hago más de 20. Estaremos atentos a los mensajes del cuerpo.

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