Mis gatos: Gurri, que lo fue, y Peluchi, que lo es.

viernes, 24 de agosto de 2012


Camino Sanabrés: decimosexta etapa

01/08/2012

Xumqueira de Ambia-Ourense: 22 km.

Etapa más o menos llana, aunque en Galicia ya se sabe, llano, llano no hay ningún camino. En fin, se puede considerar una etapa llana sobre todo si la comparamos con las de hace unos días.


Lo más pesado de la jornada ha sido la llegada a Ourense pues, primero, hay que atravesar un polígono industrial y, después, hay que cruzar buena parte de la ciudad para terminar en subida hasta llegar al albergue, ubicado en el antiguo convento de San Francisco, en el barrio del mismo nombre y muy cerca del casco histórico de la ciudad. Muy cerca, pues, está la catedral, que visité por la tarde.  La verdad es que tampoco tiene nada destacable pero la visita a éste y a otros monumentos del casco histórico se hace casi, casi obligatoria para el peregrino. También paseé por las calles más concurridas del centro donde se dan cita los ourensanos cuando salen de copas, en el bullicio de las terrazas de los bares de estas animadas calles. Iba sólo aunque había quedado con Gumersiña en llamarnos y tomar un pulpo a feira y una cerveza en una de esas terrazas, como así hicimos. Y como quiera que el pulpo  nos supo a gloria bendita, repetimos.
Así pues, después de unos cuantos días en que no pude utilizar la tarjeta de débito para pagar mis gastos o sacar dinero de unos cajeros inexistentes, pude extraer dinero en esta capital y saldar así mi deuda  con Gumersiña.


Nos acompaña en el albergue Enrique, el peregrino cordobés, con el que ya hemos entablado una pequeña “amistad”. Según lo relatado por él mismo en diversos albergues en los que hemos ido coincidiendo, se decidió a hacer el Camino por cuestiones de índole personal que he podido entresacar de sus palabras. Casado dos veces y con hijos de ambas parejas, ha roto con su trabajo –siempre trabajó de comercial- y posiblemente también con su pareja o algo parecido. El caso es que ha venido al Camino a encontrarse a sí mismo, a romper con todo lo anterior, salvo sus hijos, y a esperar a ver que le depara la vida. Está cobrando el paro y ha agotado el dinero con el que salió hace más de 40 días. Ahora ha de esperar a cobrar de nuevo el día 10 de agosto para disponer de dinero propio y cubrir sus gastos. Mientras tanto, acude a las parroquias y a los ayuntamientos, a los alcaldes y a las asistentas sociales para exponer su situación y obtener así unos ingresos que le permitan costearse los albergues y su comida. Dice que le han venido muy bien las técnicas de venta que utilizaba como comercial para vender el producto de la industria para la que trabajaba pero que a diferencia de entonces, aquí no ha tenido que utilizar ninguna estratagema para engañar a nadie. Dice ir con la verdad por delante y que sus interlocutores, quien quiera que sea en cada ocasión, lo comprenden y le ayudan. Así que de esta manera vive estos días nuestro peregrino cordobés, quien lo que es buen pico para hablar sí que lo tiene. Desconozco si escribiendo también tiene buena maña y digo esto porque está escribiendo un libro que piensa publicar cuando acabe su andadura, que, según él, puede durar varios meses pues no tiene prisa alguna en volver hasta que no tenga bien claro lo que quiere hacer en la vida en esta nueva etapa que ha decidido emprender. En fin, aquí en Ourense, piensa quedarse 3 días. Ya tiene asegurada una plaza en el albergue de transeúntes donde le darán desayuno y cena de forma gratuita y él tendrá que arreglárselas  con la comida. Hoy, al medio día, quise invitarlo a comer pero me aseguró que no tenía necesidad y que le estaba mejor quedarse a dormir la siesta. Por la noche, después de cenar en el albergue, estuvimos charlando un rato y antes de despedirme de él, pues seguramente no lo volveré a ver, le pregunté si me aceptaría 10 euros para que se pagase la comida del día siguiente. Me dijo que le sabía mal, que no quería abusar, pero por la expresión de su cara supe que le vendría muy bien y  finalmente aceptó mi ofrecimiento. Al día siguiente podría comer caliente. Últimamente, por lo visto, iba de bocadillo en bocadillo. ¡Suerte, peregrino del Camino y de la Vida!

1 comentario:

  1. jose luis , ya se que no soy ni alumna del colegio , pero por que no escribe un libro sobre lo que pasa en su camino de santiago o por lo menos dar charlas asus alumnos los grandes, yo si fuese una alumna suya me gustaria ir, me encanta como describe los lugares gracias

    ResponderEliminar

Aquí puedes dejar tu comentario, si te place.