Camino
Sanabrés: octava etapa
24/07/2012
Asturianos-Puebla de Sanabria: 15 km.
Abandonamos la comarca zamorana de la Carballeda, llamada así
por la abundancia del roble carballo, árbol que ha sustituido a la encina típica
de la dehesa mediterránea que ya hemos dejado atrás. Esta clase de roble es una
señal de que se entra en un clima atlántico, más propio de Galicia, de la cual
estamos ya cerca. Este roble se diferencia de las otras especies por su hoja
grande y muy lobulada. Hemos entrado en la comarca de la Sanabria cuya capital
es Puebla que hoy constituye nuestro destino. Al roble carballo, le sustituye
aquí el roble melojo y aparecen ya los helechos en el sotobosque que se cubre,
además, de otras plantas herbáceas que le dan un verdor que sorprende en estas
primeras etapas, pues en las anteriores, el color predominante era el amarillo
trigo cuando está maduro.
La etapa de hoy, de tan sólo 15 km, ha sido casi un descanso.
Estoy en un albergue privado, el único que hay en esta villa y he coincidido
aquí con algún peregrino conocido de etapas anteriores. Como tengo mucho tiempo
lo dedicaré a visitar esta población en la cual destaca su patrimonio
monumental y paisajístico como el imponente castillo localizado en la parte más
alta de la villa, perteneciente a los Condes de Benavente, del siglo XV; la
iglesia románica del siglo XII dedicada a Nuestra Señora del Azogue o el Parque
Natural del lago de Sanabria. Dado que el lago está algo retirado de Puebla,
pues no iré y me dedicaré a conocer la ciudad
y su castillo.
La visita al castillo ha sido bastante provechosa. Está muy
bien preparado para hacer visitas didácticas y seguro que durante el curso
vienen alumnos de escuelas e institutos con sus profesores a visitarlo. Todo
está muy bien explicado y hay un itinerario señalizado para los visitantes.
Además, hay esplendidas vistas desde la torre del homenaje de toda la zona y
sus alrededores. A la salida me he
encontrado con una peregrina de Hellín, Albacete, a la cual le he recomendado
la visita pero tenía otras cosas que hacer y finalmente no la ha realizado.
Van llegando otros peregrinos al albergue a medida que avanza
la tarde, entre ellos esta peregrina de la que he hablado antes y algún ciclista.
También ha llegado aquí el misterioso extranjero que se alojó en Rionegro en el
mismo albergue y que partió de noche. Así mismo, he llegado aquí Enrique, el
peregrino cordobés que encontré ayer en Asturianos. Me ha comentado que este
peregrino extranjero lo paró la guardia civil andando sin reflectantes por el
arcén de la carretera, de noche y que lo llevaron en su coche al albergue más
cercano, precisamente aquel en que coincidimos. También están los canarios, tres
peregrinos con los que me he cruzado en alguna etapa anterior. Uno de ellos es
canario y se puede notar en su forma de hablar, su acento, su entonación. La
mujer que va con éste es su pareja, profesora de instituto así como el tercer
acompañante, algo más joven que ellos. Desconozco su origen pero no parecen
canarios de nacimiento, al menos no se les nota en el hablar. Parece que están
un poco más simpáticos y sociables pues el otro día prácticamente no cruzamos
palabra. Esta noche será su segunda noche aquí pues quieren descansar de las
largas etapas recorridas en días
anteriores. Tanto es así que unos de ellos, el cuarto, hubo de marchar por una
lesión que le ha impedido seguir. Es lo que tiene hacer km y km al tuntún. El
Camino siempre pasa factura de los excesos, de una forma u otra. A Enrique le
acompaña de nuevo, Eni, la holandesa con la que ha hecho amistad desde que se
conocieron en Salamanca. A destacar del camino de hoy los enormes robles
centenarios que he podido admirar y fotografiar.
Mañana, de nuevo una etapa corta, de tan sólo 12 km. Otro
descansito.
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