Mis gatos: Gurri, que lo fue, y Peluchi, que lo es.

miércoles, 15 de agosto de 2012


Camino Sanabrés: séptima etapa

23/07/2012

Rionegro del Puente-Asturianos: 28 km 



Pues resulta que esta pasada noche he dormido sólo en el albergue ya que mi misterioso compañero marchó anoche en la última de sus salidas y ya no volvió. Supongo que habrá caminado de noche o se habrá buscado otro alojamiento, cosa que me extraña, pues al parecer ha pasado aquí la anterior noche. Esto lo he comprobado cuando, al levantarme y prepararme para marchar, subí arriba, pues sospechaba que podía haber marchado ya que no se sentía ruido alguno en la planta superior y, efectivamente, no estaba. También he barajado la posibilidad de que anoche volviera al albergue tarde sin yo percatarme de ello, algo extraño en mí que tengo el sueño muy ligero, o que se hubiese ido temprano, de la misma manera. Sea como fuere, me dispuse a salir. Cerré la puerta del albergue y dejé la llave en el buzón, tal como me dijo el hospitalero ayer. Eran las siete menos veinte de la mañana.
Llegué a mi inesperado destino, Asturianos, en mi planificación de etapas lo contemplaba como alternativa si no podía hacer más km como así fue finalmente, a las 15,30 y ello constituye, de momento, mi record de  horas caminando, aunque en este computo hay que contar también el tiempo de descanso, las paradiñas, como yo digo, tanto para comer algo como  para descansar. Y es que hoy las piernas no me respondían con la alegría de otros días y ya desde el principio de la etapa. En Cernadilla, un pueblo a mitad de etapa, me dirigí a una fuente para llenar la botella. Una mujer que barría la puerta de su casa me dijo que estaba seca y enseguida se ofreció a llenarme la botella con agua de su casa. Por supuesto que yo accedí y le agradecí a la buena mujer su generosidad. Gracias a ello pude soportar mejor el calor y la sed consecuente. En cuanto a la comida, llevaba un buen stock de frutos secos y chocolate y fui disponiendo de ello durante gran parte del camino. Al final, sin embargo, necesitaba comer otro tipo de alimento, dígase un menú como Dios manda. 

Bien, llegué al albergue, anexo a una pista polideportiva con la suerte de que había un bar que me ofrecia comer algo “decente”. Lo acepté encantado pues el restaurante por el que había pasado camino del albergue, estaba lleno de gente que celebraba alguna fiesta, luego me enteré, que eran las fiestas del pueblo y allí se ofrecía empanada y bebida a todo aquel que se acercara. En fin, como quiera que estaba algo alejado del lugar donde se ubicaba el albergue y yo estaba muy cansado me quedé allí y comí lo que buenamente pudieron hacer para mí. Tras dormir una buena siesta he comprobado cómo el cuerpo parece haber respondido bien al descanso y a la reposición de fuerzas. Como compañeros de albergue tengo una peregrina holandesa que viene de Cáceres, donde hizo una alto de unos cuantos días para hacer un cursillo intensivo de español y a un cordobés que viene desde Mérida. Ambos se conocen desde hace algunas etapas y aunque no caminan juntos siempre acaban encontrándose en los albergues donde paran.

Mañana, tengo tan sólo 15 km hasta Puebla de Sanabria, en la comarca zamorana del mismo nombre. Cerca de esta hermosa villa el famoso lago de Sanabria que no es sino un ensanchamiento del río Tera que nace en las montañas adyacentes cuando se encuentra con una cubeta de origen glacial que al llenarse de agua da continuidad al río que nos ha acompañado los últimos días.

2 comentarios:

  1. hola JOSE LUIS he enpezado a leer tu blog , y me a gustado aunme falta leer , pero te digo que me encanta como describes los sitios que estas , me encanta . con permiso tuyo me agregado por que me gusta lo que escribes intetare de seguirte todos los dias

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  2. hola jose luis empezado a leer tu blog y me gusta como ecribes en los lugres que estas con permiso tuyo me agregado en tu blog gracias

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