Mis gatos: Gurri, que lo fue, y Peluchi, que lo es.

domingo, 10 de agosto de 2014

Camino Primitivo 7

18/07/2014

7ª etapa: Peñaseita-Berducedo. 15 km

Hoy hace una semana que transito este Camino Primitivo, que he ido dejando para más adelante, año tras año, por temor a no ser capaz de hacerlo, y por lo que he podido comprobar hasta ahora mi distancia ideal aquí es la de 15 km pudiendo estirar como máximo hasta los 18. Así viene sucediendo últimamente. Ayer, sin ir más lejos, me quedé prácticamente exhausto poco antes de llegar al albergue que me cobijaría. Hoy ha vuelto a suceder aunque el final de etapa ha sido llano, al contrario de ayer.

La primera mitad de la etapa ha sido de ascenso al Ato del Palo, de 1146 metros de altura, que ha puesto a prueba mi fortaleza o, mejor dicho, la de mis rodillas, ya que tras la dura y larga subida viene el descenso por un camino pedregoso en el que las articulaciones de la pierna sufren una dura prueba paso a paso. Había que extremar las precauciones pues era fácil resbalar y dar con los huesos en el suelo, con consecuencias imprevisibles. Esta vez, sin embargo, ha sido la rodilla derecha la que me ha dado problemas, en forma de dolor, lo que me hacía sentir inseguro durante la bajada. 


El paisaje, espectacular, es el que, apriori, se espera uno contemplar, tanto en la subida como en la bajada del puerto, en su caminar por estas bellísimas tierras del interior montañoso de Asturias. Nos estamos acercando a Galicia y, de hecho, hoy hemos podido divisar las ya próximas montañas gallegas. Bajando el puerto hemos podido pasar por una aldea en la que vive una sola persona, un hombre, acompañado de su perro y sus vacas. Se llama Montefurado y allí tuve que parar para comer ya que sentía cierta inquietud en el estómago que así me lo aconsejaba. Mis compañeros, Guillermo y Cristina, siguieron su camino. Fue entonces cuando pude sentir la profunda soledad en la que se debe encontrar el único habitante del lugar. Un silencio total tan sólo interrumpido por los cencerros de las vacas pastando en la cercanía, que oigo pero no veo, tan tupida es la vegetación que me rodea.


Ayer, durante toda la jornada, hizo un sensacional día soleado. Hoy, amaneció el cielo cubierto por nubes y nieblas en los valles. No obstante, con el paso de las horas, las primeras se han mantenido y las segundas se han disipado con la acción del sol. Guillermo y su hermana han decidido seguir hasta el siguiente albergue, en La Mesa, y yo, exhausto de nuevo, me he quedado en Berducedo, en el albergue privado, algo caro para las instalaciones que tiene. Sin embargo, me decidí por el albergue privado por la sensación que tiene uno de mayor higiene en sus instalaciones. Además hemos podido lavar la ropa en lavadora y después de comer, cuando volví, me la encontré ya tendida al sol. Un agradable olor a heno recién cortado, en un prado cercano, pone el punto final, por hoy, a este acopio de impresiones que uno intenta plasmar negro sobre blanco.

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