Mis gatos: Gurri, que lo fue, y Peluchi, que lo es.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Camino del Norte: trigésima etapa


25/7/11

Tapia de Casariego-Ribadeo: 12 km oficialmente, alguno más en la realidad. Sea como sea, estoy en Ribadeo, Galicia, villa que recibe su nombre del río Eo ,que desemboca aquí y que separa las  comunidades de Asturias, que acabo de dejar, y Galicia. Etapa, pues, relativamente corta, acorde con la intención de que sirva de recuperación para afrontar próximas etapas que parecen, sobre el perfil, ser más duras.
La etapa de hoy, que, según voy comentando con los otros peregrinos que se hallan aquí, cada uno ha hecho por un itinerario diferente, ha sido llana para mí en su mayor parte, y cuando digo llana quiero decir que hay pocas cuestas que subir, aunque haberlas las ha habido. La lluvia ha vuelto a hacer acto de presencia un día más, aunque no por mucho tiempo. Eso sí, hoy se ha vuelto a repetir la angustia de la etapa de ayer ya que las indicaciones del camino, de nuevo, han brillado por su ausencia. He recordado, entonces, que en la vida también  hay cruces de caminos en los que tampoco hay indicaciones de por dónde ha de dirigirse uno, y uno elige un camino y a veces se acierta y a veces se yerra. En la vida no hay quías que te orienten, como sí las tiene el peregrino para su tranquilidad, aunque en ocasiones tampoco te sacan del apuro, como ha sido el caso de hoy. Tengo como norma, cuando se da la circunstancia de llegar a un cruce sin señalizar, de continuar por el camino de enfrente, sin desviarme ni a izquierda ni a derecha, siguiendo mi propia intuición y teniendo en cuenta que en el Camino del Norte el mar siempre nos ha de quedar a la derecha y el sol a nuestra espalda, puesto que caminamos en dirección a poniente y lo hacemos por la mañana.
El albergue que nos acoge, a la entrada del pueblo, nada más dejar el largo puente de la autovía que une ambas comunidades salvando la ría del Eo, es muy pequeño. Según mi guía, para el 2010 estaba previsto uno nuevo en el centro  de la villa, pero seguramente los recortes en gasto público, tomando como coartada la crisis económica en la que vivimos, han sido la causa de que no haya ni señal del nuevo albergue, así que enseguida el viejo albergue, inaugurado en la época de Fraga como reza una placa en las afueras del mismo, se ha llenado. Somos 14 peregrinos que enseguida entablamos una charla que en principio me pareció anodina por lo que me dispuse a dar una vuelta por la ciudad. Más tarde volví a sentarme con ellos en el césped del exterior del albergue donde, entre comentarios insulsos, salía a relucir algún tema que llamaba mi atención. Como quiera que soy consciente de que tengo una tendencia a juzgar y a criticar a la gente que acabo de conocer sin dar tiempo al tiempo para conocerlos mejor, me propongo corregir esos pensamientos y esperar a ver qué da la gente de sí. Enseguida compruebo que detrás de las apariencias hay otras realidades que merecen ser tenidas en cuenta. Quiero creer, y estoy seguro que es así, que detrás de la fachada que uno presenta ante los demás, hay un ser humano con muchas cualidades y también con sus defectos pero ¿quién no los tiene?
Finalmente, ya algo  tarde, llegaron unos peregrinos italianos que acabaron enfadándose porque no había sitio para ellos. Se les propuso dormir en el recibidor en el suelo y algún peregrino le dejó su esterilla para que no tuvieran que hacerlo directamente sobre el suelo. Lo mismo sucedió con dos jovencitas y simpáticas vascas que igualmente habían  llegado tarde. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aquí puedes dejar tu comentario, si te place.