Mis gatos: Gurri, que lo fue, y Peluchi, que lo es.

lunes, 15 de agosto de 2011

Camino del Norte: vigésimo-quinta etapa


20/7/11

El Pito-Soto de Luiña: 13 km según la guía, unos cuantos más en la realidad ya que las obras de la autopista han cortado y desviado el camino y hemos tenido que dar un buen rodeo. De modo que si lo que habíamos planificado era una etapa corta no ha resultado ser así. Continúo caminando con mis dos compañeros en estos días: Susana y Jesús. Los tres vamos tocados y hemos resuelto hacer una etapa de “descanso”, inmejorable, por otra parte, en lo que al tiempo se refiere. El sol y las nubes, además de una agradable brisa, nos han acompañado en  toda la ruta de hoy. Algo de camino pero más asfalto  que tierra y, de nuevo, unas antiguas escuelas reconvertidas en albergue nos acogen. Se agradece este gesto de los ayuntamientos por los que pasa el Camino y deseamos que cunda el ejemplo en otros municipios que aún no han hecho lo propio, que son unos cuantos.
El resto de la  jornada no tiene mucho más que contar. Hay un peregrino español  que no hace más que quejarse  de que el Camino del Norte no tiene nada que ver con el Camino Francés que él hizo anteriormente. Dice que le falta el espíritu que encontró allí y que en este no aparece por ningún lado. Verdaderamente, y en parte, tiene razón ya que, al igual que en la vida, no hay dos caminos iguales y, aún más, el mismo camino recorrido por personas diferentes no tiene nada que ver el uno con el otro. Así son los caminos de Santiago, todos caminos, pero ninguno igual que otro. De hecho, el camino lo hacen los peregrinos como decía nuestro admirado poeta Antonio Machado: “caminante son tus huellas el camino y nada más, caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Y, exactamente, así es. Pues bien, las quejas de este peregrino que se empeña en comparar ambos caminos de forma cansina, no tienen, a mi modo de ver, razón alguna. El camino lo hacen los peregrinos que por él transitan y es la suma de sus actitudes y comportamientos lo que los hacen más o menos atractivos desde un punto de vista humano.
Si la mañana fue agradable no puede decirse lo mismo de la tarde. Se ha nublado y ha llovido.  La noche parece que se presenta igual según dice la previsión del tiempo que hemos visto en la TV, incluso para buena parte del día de mañana, en que voy a intentar cambiar la estrategia para afrontar la etapa. No ando muy bien de los pies, como ya he dicho en anteriores ocasiones, y voy a hacer una buena parada a mitad de etapa a ver si así mi cuerpo se va adaptando mejor a las circunstancias del camino.

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