Mis gatos: Gurri, que lo fue, y Peluchi, que lo es.

lunes, 3 de agosto de 2009

Camino aragonés: tercera etapa

8/7/2009

He partido a las 8 de la mañana de Villanúa y pronto he comprobado que la etapa de hoy no iba a ser tan sinuosa, por lo que hace al perfil, como la de ayer. Sin embargo, me he resentido de las agujetas que me procuré ayer y el cansancio se ha dejado sentir, sobre todo en algún que otro tramo pedregoso por el que he pasado. Nada del otro mundo, no obstante. Simplemente lo que era de esperar. De nuevo he hecho toda la etapa solo. Compruebo, una vez más, que me gusta caminar en soledad. No es que lo elija, es que sucede. No obstante, no me cierro a la compañía. Si tiene que llegar será bienvenida pero ahora mismo me siento a gusto así, caminando solo.

Durante la caminata de hoy he vuelto la vista atrás en diversas ocasiones para contemplar, una vez más, el magnífico paisaje de este valle, coronado en su parte derecha, según se sube, por la descarnada cumbre de La Collarada, con sus 2.800 metros de altura. ¡Espléndido paisaje!

El albergue en el que me he hallo, nuevo y bien cuidado, es el primero y único en el Valle que es municipal y tiene un precio módico, para cubrir gastos. Hoy no se ha llenado –debe estar a la mitad de su capacidad- aunque la hospitalera dice que hasta el momento se ha venido llenando cada día. El tiempo no podía ser mejor. El día se ha levantado espléndido, totalmente raso y con una brisa fresca que animaba a caminar y así se ha mantenido durante todo el día.

Ayer perdí el bastón de trecking con el que salí de casa y hoy he aprovechado la oportunidad que se me ofrecía al pasar por una tienda de deportes que tenía gran parte del género en liquidación y/o rebajado. Me he comprado dos bastones pues en estos escasos días que llevo caminando he podido percatarme que dos me ayudarán más que uno en este menester, sobre todo cuan do el camino se empina, ya sea hacia arriba o hacia abajo.

En Jaca, donde me encuentro, he encontrado con un joven peregrino francés que partió de Sevilla el 19 de abril recorriendo la Vía de la Plata hasta Santiago, desde allí hizo el camino francés de vuelta hasta Navarra y ha continuado su andadura por el camino aragonés de vuelta a casa, por lo que mañana le queda, seguramente, la etapa más difícil que es subir a Somport desde aquí. Cuando le he hecho esta observación estando esperando la apertura del albergue en la entrada al mismo ha asentido con la cabeza como diciendo que era consciente de lo que se le venía encima. Después de todo, me parece a mí, que después de haber hecho tantos kilómetros no le vendrá de una etapa aunque ésta sea tan dura como es: 30 kilómetros de los cuales los últimos 10 son de constante subida hasta el puerto.

Por mi parte, mañana tengo 15 kilómetros hasta Santa Cilia de Jaca, donde descansaré. Sobre el papel, la etapa parece llana. Sólo deseo que no haya demasiad carretera. Es lo que pide todo peregrino.

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