17-9-2009
Aunque no estaba previsto, las chicas me han invitado a seguir con ellas hasta Estella, siguiente parada del camino y a pesar de sentirme cansado, he aceptado gustoso. Casi me dan envidia, ya que ellas continúan haciendo camino. Ohiane, Maite y Jone siguen hasta Logroño. Mariola continúa hasta Santiago o quizás más allá. Son 21 kilómetros más a añadir a los apenas 170 que se recorren por el Camino aragonés hasta Obanos, donde éste se encuentra con el Camino francés que parte, en España, de Roncesvalles. Hemos hecho la etapa entre risas y bromas como siempre. Al llegar a Estella ellas se han quedado en el albergue municipal, que tiene muy buena pinta, y yo he continuado hacia el centro de la ciudad, en busca de un hostal donde alojarme. Nos encontraremos después de la siesta e iremos a cenar todos juntos. Algo después de las seis me llaman diciéndome que se encuentran en un bar, que las ha convidado el hospitalero y me invitan a acercarme hasta allí. Así lo hago. Cuando llego estaban tomando un pacharán –dice el hospitalero que el mejor de Navarra. Incluso, y ello me sorprendió mucho, Maite, que no bebe alcohol, estaba saboreando su pacharán con hielo. Enseguida que me senté el hospitalero fue a pedir otro para mí. La verdad es que estaba exquisito. Pasamos el resto de la tarde oyéndole comentar las simpáticas anécdotas que ha vivido como hospitalero, aunque él no es el verdadero, sino su hermano, al cual ayuda en verano. Nos despedimos de él y nos encaminamos en busca de algún sitio para cenar. Cenamos a base de tapas y fue un placer para mí invitar a mis tres compañeras. Francesco, el italiano, se había quedado en el albergue departiendo con unas compatriotas. No pude despedirme de él. Así es el camino, aparecen personas que se cruzan en tu camino y, de la noche a la mañana, desaparecen. En el caso de mis compañeras, Jone, Mariola, Oihane y Maite, el camino me las ha traído y difícilmente las olvidaré ya. Tras la cena me acompañaron hasta la puerta del hostal donde me alojaba. Había llegado el momento que todos queríamos soslayar. El momento de la despedida. Nos dimos un abrazo y alguna que otra lágrima pareció brotar de nuestros ojos. Me quedé en la puerta observando cómo partían, observando cómo doblaban la esquina que me impediría verlas más. Observando cómo algo se acababa a la vez que, también, algo comenzaba. Me preguntaba: ¿cómo puede uno encariñarse con personas desconocidas aún sabiendo que antes o después van a desaparecer de tu vida? Sin embargo, ahora, me pregunto también: ¿realmente desaparecen de nuestras vidas? Sólo el tiempo tiene la respuesta, pero yo la intuyo. Son cosas del Camino.
Hola Pepe, que tal? Bueno decirte que estoy contento de que hayas vuelto del Caminito de Santiago y espero que te haya servido como experiencia en lo personal y espiritual,la verdad es que esta muy bien redactado y explicado y se hace muy ameno el leerlo,pues estoy ansiosamente esperando algun capitulo mas del mismo,(si es que lo hay) espero que si y nada decirte que sigas adelante exponiendo algunos temas de lo que te interese pues estare al acecho. Un Abrazo en lo mas hondo de tu Ser se despide tu hermano Carlos.
ResponderEliminarhe comenzado a leer por el final, sin darme cuenta de que hay un principio. Es bonito conocer gente aunque se sepa de antemano que todos somos nómadas. Un abrazo
ResponderEliminarHola Pepe:tu blog me ha gustado mucho,te lo has currado muy bien y tus vivencias del camino tambien me ha fascinado, en algunos momentos, creia yo qe era el que estaba haciendo el camino. Muy bien redactado,y muy guai.Hasta pronto un abrazo Paco.
ResponderEliminarLa experiencia de tu camino me parece sincera y estupenda,però lo mejor de ese camino es que llega un momento en que las personas que te acompañan y el precioso paisaje que te rodea forman una misma cosa y lo convierten en el camino que todos en nuestro interior estamos llamados a hacer en la vida.
ResponderEliminar"Caminantes":
"seguid haciendo camino!!!
Encarna R.
Hola Jose!!!! Q tal? Bueno decirte que me ha encantado tu blog, me encanta porque me ha hecho recordar cosas que vivimos juntos y tanto añoro. Me gusta como está redactado y encima porque soy una de las protagonistas ("una bilbaina aparentemente fría").Un besazo y un abrazo gigante de parte de unas de tus chicas del camino, Oihane.
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