23/7/06
A la media hora de empezar a caminar de nuevo, el camino se convierte en una imponente rampa que, afortunadamente, no es muy larga: algo más de medio km. La relatividad de nuestra capacidad de percepción de las cosas hace que esta rampa no se perciba de la misma manera a las 6,30 de la mañana que a las 12 del mediodía y, mucho menos, a las cuatro de la tarde, si es que alguien osa subirla a esas horas, tal y como acabo de enterarme. Luego, una vez salvada la dificultad, el camino transcurre por el páramo castellano hasta bajar, de nuevo, a la hermosa vega que recorre el río Pisuerga, cruzado el cual se entra en la provincia de Palencia. El resto del itinerario va llaneando hasta llegar a Frómista. En total, 25 Km.. En Boadilla del Camino, el pueblo anterior, el aliciente del albergue era que tenía piscina. Pero a última hora decidí no hacer escala allí siguiendo, una vez más, mi intuición. No me arrepiento ya que aquí, en Frómista, se celebra la feria del queso, con degustaciones gratuitas de los buenos quesos palentinos que se exponen. La tarde la he pasado dentro del albergue, pues realmente ha hecho mucho calor hoy. Esta noche iré a un concierto que se da en la iglesia de San Martín de Frómista, una de las más bellas iglesias románicas, al menos de España. Mañana comentaremos que tal ha ido.
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